Como en muchos otros idiomas, la escritura española representa la lengua hablada por medio de letras y otros signos.
En su origen el abecedario constituye la representación
gráfica de sus fonemas usuales, es decir de los sonidos que de modo consciente y
diferenciador hacen uso los hablantes.
El español, tiene sus orígenes en el latín, es decir hizo
uso del abecedario latino como base. Sin embargo, a lo largo de los años se ha
ido modificando e incorporando nuevas letras y es en 1803 que se fija que su
cantidad es veintinueve, las cuales pueden ser mayúsculas y minúsculas. Ya que, Ch y Ll son dígrafos, es decir signos ortográficos compuestos de dos letras.
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